Hemos visto cómo el Bera Bera era goleado una y otra vez por un enorme Elche repleto de jugadoras totalmente concentradas en crear balonmano de alta calidad y enorme acierto cara al gol.
Los aficionados hemos estado sorprendidos y emocionados de cómo se estaba desarrollando el encuentro a un ritmo frenético con continuas idas y venidas al más alto brindis por el balonmano femenino en España.
Pero a falta de diez minutos del final, con el Bera Bera perdiendo de seis goles, Imanol Álvarez hace la marrullería de siempre.
En los últimos diez minutos de los partidos cuando va perdiendo, sus quejas contra los árbitros se multiplican para meter presión y que pierdan el control.
A lo largo del partido contra el Elche ha ido quejándose puntualmente sin que le sacaran tarjeta ni lo expulsaran. Con los árbitros ya trabajados desde el primer minuto, sus quejas finales meten presión y logra el descontrol en los criterios arbitrales, lo que ha estado trabajándose durante los cincuenta minutos anteriores.
Si en vez de ser Imanol Álvarez fuese cualquier entrenador de otro equipo, enseguida lo hubieran expulsado. No se puede consentir que un individuo consentido se pase todo el partido quejándose a los árbitros cuando va perdiendo por goleada sin que lo manden a la grada.
La marrullería siempre es la misma cuando va perdiendo, quejas durante todo el partido y quejas con mucha presión a diez minutos del final. Se ve claramente en el Elche - Bera Bera de estos Play Off, que impide el desarrollo del mejor balonmano provocando adrede la pérdida de concentración de las jugadoras del Elche y de los árbitros.
Nos ha robado a los aficionados disfrutar de balonmano de alta calidad. Sus quejas son escalonadas para hacer perder el control del partido a los árbitros. El objetivo es permitir las malas acciones de algunas de sus jugadoras con muy mal perder provocando faltas como si fuese un partido de fútbol.
Al Bera Bera que estaba siendo goleado y desarbolado con hasta ocho goles de diferencia casi todo el partido, el favor de la marrullería que profesa este entrenador sin talento, le ayuda a obtener el empate tras ir a la deriva con seis goles de diferencia en su intento de robarle el encuentro al Elche.
Esto lo permiten al Imanol y al ayudante suyo que se asomó por el banquillo dirigiéndose con chulería al banquillo ilicitano como si la Liga fuera suya y de nadie más. Si hubiera sido el entrenador del Valladolid, lo hubieran penalizado sin miramientos expulsándolo del banquillo. Incluso de proceder con quejas continuadas el apacible Joaquín Rocamora, mínimo tarjeta y la próxima a la grada.
Los entrenadores más castigados por las tarjetas son Miguel Ángel Peñas del Aula de Valladolid y Suso Gallardo del Málaga Balonmano. Pero el que más se queja y más sucio juega es Imanol Álvarez del Bera Bera y no lo expulsan ni por corromper el juego.
Mal acostumbrados está desde que le pusieron en bandeja la SuperCopa frente al Málaga Costa con la agresión de Gavilán a Arderius, un bloqueo de rugby penado con tarjeta roja y penalti que los árbitros se pasaron por el sobaco dejando a Arderius tackleada en el suelo tras la agresión.
Lo más anti-balonmano que existe en la Liga española es el actual entrenador del Bera Bera. Es el que impide que la afición vea balonmano femenino de alto nivel. Usando siempre el desconcierto como estratagema una y otra vez para desconcentrar a los árbitros y a las jugadoras rivales.
A ver si lo largan del Bera Bera de una vez. Aplaudo que ya no esté en la Selección Española.
Otros personajes de lo más perjudicial y anti-balonmano que se pueda echar uno a la cara están en Teledeporte.
Una engreída hablando bien de su equipo y farfullando con desagrado de otros equipos como si fuese la única estrella que ha jugado al balonmano.
A los comentaristas les suelo quitar voz para no oír sus payasadas. Y más cuando habla esta individua.
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