Quien entienda de preparación física me darán la razón. El 95% que creen que entienden de preparación física, no pasan del nivel de parásitos, de esos que están repletos las instituciones del balonmano nacional.
De algo tienen que vivir. Por eso parasitan instituciones y clubes, sin importarles las consecuencias.
El Bera Bera no quería ganar, pero el paupérrimo nivel de los rivales se veía a la legua durante los primeros quince minutos de la primera parte, con tal aburrimiento que activé Netflix para ver una serie de cuatro temporadas que me he chupado en cinco días: Glow.
Viendo el espectáculo que ofrece el Bera Bera, la Liga Iberdrola se torna aburrida con tanto mequetrefe instalado en los cuerpos técnicos de los equipos.
El nivel de las Ligas Profesionales se valoran por el número de parásitos que tienen. A más parásitos menos nivel y más chatarra ruidosa.
Con la selección comandada por unas familias que no dejan espacio a los talentos, la Liga Iberdrola es su espejo, más falso que un espejismo.
Que en el Bera Bera no permitan esos bajones de nivel, lo hacen equipo campeón frente a proyectos de tercera división que pretenden verdernos en la División de Honor.
Y ya no digamos del nivel de los equipos portugueses. En la Supercopa juegan los mejores pero el Bera Bera es un equipo mucho más profesional que juega a llevarse trofeos y títulos sin importarle ninguna otra cosa que no sea vencer.
Los demás quieren ser como el Bera Bera pero el ego les hace meterse en el salón de los espejos que el equipo donostiarra controla.
Bera Bera se va a aburrir de ganar a equipos que no tienen poder físico ni balonmano. Esta temporada lo volverán a ganar todo. Gracias a los proyectos repletos de parásitos sin nivel deportivo ninguno.