Miren que yo no tenía en gran estima a Cristina por los reveses que ha sufrido en varios clubes. Tengo que reconocer que a lo mejor no la entendía. Incluso me enfurecí en la primera mitad del partido de la final contra Dinamarca.
La segunda mitad del partido fue de libro. El desgaste danés se hizo notar porque disponer de jugadoras frescas ayudó al entrenador. Llegué a pensar que en el último momento empatarían.
Pero conozco la ley física sobre el cansancio que como atleta de medio maratón y carreras de montaña, he usado muy bien a mi favor contra mis rivales que hacían sobreesfuerzos por superarme corriendo hacia las cimas de las montañas.
Hacerles sentir en las bajadas el frío aliento del cansancio a lo largo de las pendientes cuesta arriba, en los llanos y los pronunciados descensos, equivalía a cogerlos o pegarles un pasón.
El cansancio provoca fallos. Era lógico el fallo del último tiro de las danesas con la enorme presión de empatar sobre tres de diferencia.
Se esforzaron en provocar los errores de las españolas durante los delicados minutos finales para no encajar ningún gol. Así que en el enésimo ataque les tocó fallar y el tiro lo paró el poste sin tiempo para nada más.
Yo digo que la selección nacional de Hispanas (no Guerreras), no necesitan bobos en el puesto de seleccionadores haciendo el ridículo.
Me gusta que las jugadoras hagan el ridículo con Cristina Cabezas como seleccionadora nacional absoluta. Seguro que ganamos el próximo Europeo, el Mundial y las Olimpiadas.
Dimitid, mequetrefes!. 🥳
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