Tengo una pupila transformada en un corredora. Aunque nunca puede entrenar tres días seguidos, a veces pasan semanas hasta que vuelve a entrenar y me pide que le ponga una rutina para ese día.
Sus ritmos de carrera los tiene en los 5 kilómetros. Es capaz de correr esa distancia en aproximadamente 30-35 minutos, dependiendo del perfil de la prueba.
Hoy le he vuelto a recordar que está uno o dos puntos por encima de la condición física de la mayoría de las jugadoras de la Liga Iberdrola y del nivel de todos los equipos excepto del Bera Bera.
O sea que el Málaga Costa del Sol y el Attigo Elche están por debajo de su condición física en un o dos puntos.
Esto para mí es fácil de ver. Solo tengo que ver cuántos minutos aguanta cada jugadora de la DHF o del Málaga Costa del Sol o del Elche en la cancha antes que la sustituyan, para generar datos de mi sistema que me dicen la condición física de las jugadoras.
La mayoría de las jugadoras dirán que corren a 5:30 minutos por kilómetro. Que corra un kilómetro en 5:30 minutos no es una medida de condición física de las jugadoras.
A mi pupila ex jugadora de balonmano femenino le pongo rutinas básicas. Nada de rutinas de alta capacidad física. Todo básico y espartano.
Si la media que corre una jugadora de balonmano en un partido de la Liga Iberdrola es de 6 kilómetros, mi pupila se devora esa distancia en poco menos de 40 minutos, sacándole al 98% de las jugadoras de la DHF una estela larga e insalvable de 20 minutos.
Pero no solo eso. La primera carrera que corrió en su vida fueron 10 kilómetros de sube y baja en una ciudad como Jaén, que no tiene llanos en su ladera de la montaña. Hizo un tiempo inesperado de 62 minutos que ninguna jugadora de la Liga Iberdrola puede acreditar.
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