Ayer estuve viendo el enfrentamiento entre el Granollers y el San José Obrero, extrañado de que el colista pudiera crear balonmano de muchos quilates sin haber sido capaz de ganar ni un solo partido.
Es increíble el portento de jugadoras que tiene en sus filas este club, que sin embargo sus resultados, no se plasman en partidos ganados, porque su rendimiento no alcanza la cuadratura física que se requiere para competir en la DHF.
Un equipo parecido al San José Obrero es el Grafometal la Rioja, cuyas jugadoras parecen haber experimentado claramente una mejoría importante de su rendimiento, al punto de colocarse en mitad de la tabla y poner ayer en aprietos al mismísimo Bera Bera.
El Granollers puso a prueba la capacidad del San José Obrero y estas respondieron con un gran balonmano al punto de alcanzar y superar a las vallesas en el marcador.
El punto de inflexión es el momento en que no se rinde igual porque esa parte es un déficit en el entrenamiento de los equipos que pierden los partidos.
Cuantos más goles de ventaja saque el ganador del enfrentamiento, más déficit de entrenamiento, justo a partir del segundo del minuto que se empieza a perder.
Estas son las ventajas de los equipos de arriba de la clasificación en comparación con los equipos de abajo en la tabla.
No se trata de entrenar veinte minutos ni cuarenta, se trata de entrenar desde el segundo del minuto que tu equipo empezó a perder.
Física pura expresada con palabras sencillas.
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