Un entrenamiento semanal excelente requiere conocimientos avanzados que provoquen mejoras en el equilibrio del equipo y sus jugadoras tienen que estar finas y preparadas de forma pareja para la competición.
En una tabla de entrenamiento semanal los martes y jueves tienen que ser sagrados. Son los días importantes de la tabla de entrenamiento semanal cuando se compite los sábados o los domingos porque el viernes es el día suave, donde solo cabe corregir pequeños detalles.
Los lunes son días pospartido, de descarga del ácido láctico (lactato), material de desecho provocado por la quema de la energía durante la competición que se acumula en músculos y sangre.
Los martes es el primer día importante para realizar el primer ejercicio anaeróbico de la semana. Son días donde se ponen a prueba los ejercicios de alto nivel anaeróbicos que entrenan a las jugadoras para no sufrir las secuelas de una buena pájara.
Los miércoles son de los mejores días para hacer musculación al final de una jornada suave y regeneradora. Me refiero a una musculación donde se trabaja el cuerpo con la quinta parte del peso cuando se está en competición.
Muchos preparadores físicos lo toman las pesas como un entrenamiento específico cuando son solo un complemento. Lo peor es cuando las introducen en circuitos provocando sobrecargas en las jugadoras que después en competición se muestran lentas y bloqueadas.
Además las cargas excesivas suelen provocar contracturas y cansancio muscular con alta probabilidad de lesiones.
La musculación no es más que complemento. Lo específico es correr a lo largo y ancho de los
40 x 20 metros de la cancha.
Los jueves son días de máximo nivel de rutinas anaeróbicas. Es el día donde las jugadoras tienen que alcanzar su máximo para crear una condición física superior.
Un equipo sin rutinas de alto nivel anaeróbico es un equipo condenado a ser chatarrero, a la inestabilidad y a los descensos.