La falta de nivel de condiciones físicas han sido patentes. El juego plano ha vuelto a aparecer. Lanzar el balón a puerta no quiere decir que vaya a entrar.
En otras circunstancias, con frescura y un buen nivel de preparación física, los goles hubieran entrado simplemente por colocación.
Que la portera checa haya parado 18 goles no es casualidad. Las porteras siempre llevan las de perder y hoy la arquera checa se ha llevado un festín con España.
La única que la ha intimidado ha sido Paulina Pérez Buforn. Las pivotes españolas fatal. Y gracias que hay jugadoras de refresco que han dado su parte del juego en goles porque el puñado de veteranas se han vuelto viejas sin darse cuenta que el corre-corre es tan plano que da espanto.
Algunas jugadoras checas, las que mueven el equipo, corren a un nivel de 5 minutos por kilómetro y han ido reventando a la mayoría de jugadoras españolas por ritmo, lo que a la postre significa precisión para endosar a las porteras españolas un duro correctivo.
Markéta Jeřábková se ha movido en el tablero como le ha dado la gana y encima ha disfrutado. Petra Kudlackova ha parado lo que ha querido a las atacantes españolas hasta dieciocho veces.
Se le fundieron las luces a medio equipo español incapaces de colocar con claridad los balones en el fondo de la portería checa.
Si después de avisar constantemente durante tanto tiempo no les ha quedado claro lo que significa ir a un torneo como el Mundial para hacer estos tipos de ridículos que no ayudan al balonmano femenino español, yo ya no sé qué decirles.
Pregúntense por qué un equipo como la Selección Española, con una tradición espectacular en lo que a balonmano femenino se refiere, no tiene una condición física de nivel 5 minutos por kilómetro en su preparación.
Mucho tendrían que cambiar las cosas si creen que después del churro de hoy los Países Bajos van a soltar prenda para hacer un favor a las Guerreras. Dudo mucho que después de no haber podido físicamente con la Selección Checa vayan a poder con el nivel 5 de Países Bajos.
Tendría que darse una pájara colectiva de las neerlandesas.