Los últimos partidos que recuerdo de estas características fue en la Copa de la Reina del Martín Carpena, que barrió para Guipúzcoa el Amara Bera Bera.
Que sí que los árbitros han estado todo lo mal que os parezca. Pero nada que ver con la derrota y que el Atlético Guardés se haya merendado a las panteras negras.
Es evidente que cuanto más tiempo pasa, el equipo va perdiendo el norte y los valores técnicos. Las influencias externas metiendo su chatarra en el viejo plan de rutinas.
Si contamos los pocos más de veinte kilómetros que ha corrido cada equipo, ninguno está preparado para competir en competiciones internacionales por encima de la Cup, donde tampoco es seguro que queden campeonas.
De hecho la portuguesa Ana Seabra y su Atlético Guardés perdió una Cup con el mismo equipo turco que eliminó en la final el Attigo Elche para ser campeón.
Así que ya tenemos a las guardesas liderando la DHF después de muchos años, tras superar al Málaga Costa.
Perder el partido habrá encendido las alarmas ante la evidencia de que al Málaga Costa se le puede derrotar, doblegando a sus jugadoras con poco hambre de triunfo.
Las malagueñas evidencian un espeluznante número de fallos, que representan el retroceso de un equipo que triunfó con un plan básico de forma brillante durante varias temporadas.
No seré yo quién regale 5k o 10k versión balonmano para alimentar chatarreros.
Ya sé que la derrota no es importante para el Play Off. En el primer tiempo, por momentos, pareció que se jugaba al rugby de otros tiempos. Pero en la segunda parte, las jugadoras guardesas, muy brillantes, corrieron a todo trapo.
He echado en falta a una jugadora sin recambio como Esperanza López. Parece que ninguna otra en el Costa tiene suficiente nivel para ocupar su posición.
Muchas jugadoras con renombre en el Málaga Costa pero pocas piernas.
Las que han corrido más, lo han dado todo hasta que ya no pudieron dar más. Esas son las mismas de siempre. Las demás han arrastrado su renombre y su carencia de hambre de balonmano.
Lo peor en la segunda parte, que el Málaga Costa ni tenía defensa.
La negasta condición física acabó por mover la balanza del partido incluido el liderato del lado de las gallegas de A Guarda, localidad en el entorno del río Miño frente al océano Atlántico que solía visitar como montañero. Ni voy a hablar de los parrales de la uva de la misma variedad Oporto.
El Atlético Guardés líder y las panteras del Málaga Costa borrachas de lactato.
¿Dónde está la tarta?.
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