Me mantengo lo más lejos posible del cuerpo técnico de Suso Gallardo, que siguen las formas de no salirse del guión que establecimos. Gracias a ello el Málaga Costa sigue en la élite con enormes posibilidades de mejorar apoyándose en el sistema.
Suso ha sabido rodearse de personas colaboradores cercanas al club. El entrenador de porteras Sergio Valenzuela, Manuel García, preparador físico y José Luis Parra como segundo entrenador, entre otros miembros que han conseguido mantener el nivel bien alto.
A lo mejor muchos piensan que el BM Porriño es un equipo normalito. Sin embargo mi observación no me deja dudas del enorme nivel del equipo y de sus jugadoras, al mando del técnico Ismael Martínez, que de darse cuenta de unos pocos detalles, podría colocar al equipo gallego al mismo nivel que el Málaga y el Bera Bera.
El partido de ayer en Carranque fue un verdadero espectáculo. No lo digo por haber ganado el Málaga, sino por los viejos tiempos que llevamos el Málaga Costa para arriba en la élite, que el Porriño es un equipazo superior a sus antecesores, y a poco que consigan un poquito más de condición física, veremos a sus jugadoras metiendo goles colosales en los últimos cinco minutos de los partidos.
El dilema de muchos equipos de balonmano femenino siempre ha sido tener técnicos de poca monta. Pero los que han llegado a un nivel excepcional les ha faltado la clave para superar a los equipos campeones cuando rinden en su nivel.
Antes de ayer también jugó el Elche con Elda Prestigio. Dicen que la primera parte fue mediocre pero no lo fue. Elche optó por jugar a un ritmo más elevado que lo normal y se pusieron a correr un medio maratón.
Para mi sorpresa, Elda Prestigio aguantó el ritmo alto durante la primera parte y gran parte de la segunda mitad, que empezaron las pájaras y Elche le ganó la partida.
Leí que se produjeron cuarenta fallos solo en la primera parte, acorde con la carrera y los tiros a puerta sin precisión por la falta de costumbre. Y a pesar de los comentarios en las redes, me gustó el partido y lo vi de cabo a rabo.
Por mucho que digan los pililis de la selección, en la liga española hay entrenadores y equipos que quieren evolucionar.
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