Lo que estoy leyendo que cuentan en redes sociales las jugadoras respecto al dictado de algunos cretinos, aficionados del balonmano femenino, sobre la supuesta obligación de que "el Bera Bera tiene la obligación de ganar todo en el balonmano porque si no la temporada no vale nada", me da por pensar la de majarones que abundan por el mundo.
El Bera Bera, no es que lo considere yo, pero es el mejor club de balonmano femenino que hay en España desde hace al menos una década o casi. Eso de que hay que ganar todo en una temporada para no llamarlo fracaso son ideas de gente que no hace deporte ni tiene nivel como deportista y seguramente nunca lo tendrá tampoco como persona.
De atleta, yo nunca gané una carrera. Pero había gente que me decía que tenía que defender el pabellón local cuando era mi dinero el que me mantenía mi vida de atleta y ninguna institución me subvencionaba nada.
Un ejemplo de lo que ocurre en la vida de un atleta es que corriendo una carrera de montaña en los Pirineos de Huesca, yo sabía que iba a ganar. Pero ocurrió que después de subir a 2 mil metros de altitud, durante la bajada me caí varias veces dentro de unas pozas, pequeños huecos en el terreno de apenas 50 centímetros de profundidad hechos para retener el agua del deshielo y la lluvia.
No me hice ningún daño porque de tantos años estaban cubiertas de hierba en el interior, pero mi actitud cada vez que me caía fue mosquearme y echar gargajos a diestro y siniestro con un mosqueo que echaba espumarajos.
Estar parado echando pestes a diestro y siniestro sin salir de allí, provocó que no pudiese coger al que iba primero, que seguro que con mi zancada tan potente montaña abajo lo hubiera cogido a mitad de camino dándole un pasón de escándalo.
Como me puse a pelearme conmigo mismo como un perro persiguiendo su rabo, pues no pensé en ello y cuando me tranquilicé y salí del terreno de las pozas donde me había metido para intentar alcanzar al individuo, en la llegada a la meta me había sacado cinco minutos, los mismos minutos que estuve persiguiendo mi rabo mosqueado dentro de las pozas.
En la meta llegué segundo. Pero al tercero le había sacado la friolera de casi quince minutos.Y a los grandes especialistas vascos, navarros, aragoneses que estuvieron en la carrera casi media hora.
Pues va y me viene un individuo y me dice: "Berna, has fracasado". Lo cogí del pescuezo y le dije: "No te doy la que mereces porque están ahí tus hijos y tu mujer. Vete a la mierda y no vuelvas a dirigirme la palabra nunca más." Y esto es lo que hay que hacer, mandar a este tipo de gente a la mierda.
¿Por qué?. Cuando llegué a meta ni sabía que era segundo ni sabía el tiempo que había realizado en la carrera porque con el mosqueo que tenía me había olvidado de parar mi pulsómetro.
Cuando me calmé gracias a un amigo que me hablaba bien, vi que llevaba tiempo que no aparecía nadie detrás de mí y le pregunté en qué puesto había quedado. "Segundo" - me dijo. Y de la alegría me caí al suelo en redondo y me tuvieron que levantar porque rodaba llenándome los sudores de tierra con una emoción tremenda.
Es lo que tiene el deporte. Me olvidé por completo de las pozas y de todas los obstáculos que tuve en la carrera. El fracaso no existe. Y lo que digan los perros amargados tampoco.
Que el Bera Bera es campeón de la Copa de la Reina y haya perdido con un grandísimo balonmano Elche en la clasificación inédita para la Final de Liga, no disminuye el mérito de su grandísima temporada.
Que el Súper Amara Bera Bera sigue siendo el mejor club de balonmano femenino en España lo sabemos porque es el equipo a batir.
Que el deporte está lleno de cretinos también lo sabemos.
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