Parece que llegó el partido decisivo contra una selección polaca que nunca ha ganado a la selección española.
Ayer vi el vibrante partido entre Alemania y Holanda, con unas alemanas lanzadas que secaron durante diez largos minutos a las holandesas.
Tenían una efectividad en defensa inaudita y un ataque que facilitó un porrón de goles por minuto casi insultante para las neerlandesas.
Creo que es lo que pasará hoy con la selección polaca desde el inicio del partido.
Saben que tienen altas probabilidades de perder contra las españolas una vez más, y esto les dará alas durante los primeros veinte minutos de partido que se emplearán a fondo, intentando desbordar y desarticular a las Guerreras ante su más que probable derrota.
Alemania no salió bien parada de esa espeluznante carrera de veinte minutos. El límite de la condición física la fue situando en su sitio por el desgaste y la falta de preparación física idónea para cumplir tales objetivos.
Alemania puede que tenga una liga fuerte con equipos muy potentes que juegan la Champions. Pero la selección casi siempre hace aguas al mismo nivel que la selección española.
Al menos esta vez la selección francesa no arrasó con la selección española. Hacen falta más Danielas So Delgado y Carmen Campos que metan goles a porrillo y tumben a las rivales en la clasificación de goleadoras.
Haberlas las hay. A ver si se dan cuenta las jugadoras que frente a la portera rival, no se trata de tirar más fuerte ni más rápido, sino de colocar la pelota en los puntos más inalcanzables, con atino y paciencia infinita, esperando las milésimas de segundo necesarias para que la portera rival se descoloque, viendo que el balón no le llega en el tiempo estimado.
Polonia es un buen rival para ensayar la capacidad de atinar a gol.
Recuerdo al entrenador del Málaga Costa del Sol, Diego Carrasco, que usaba una curiosa forma de medir la capacidad goleadora de las jugadoras.
Me sorprendió sobremanera que me dijera que, de tres tiros a puerta las jugadoras tienen que meter un gol.
Me quedé asombrado y le contesté que, de ser así, las jugadoras tendrían una capacidad goleadora inferior a los equipos que dominan la liga DHF.
Esto es así porque considero que durante treinta minutos de la primera parte, las jugadoras tienen treinta veces la posibilidad de meter un gol.
Si contamos que los partidos de balonmano están diseñados con dos partes de treinta minutos, las jugadoras tienen la posibilidad de meter sesenta goles. Un gol por cada minuto.
Observando que la tarea de las defensas radica en lograr que los equipo fallen a tirar a puerta, las posibilidades de gol disminuyen considerablemente.
Así que un equipo que mete quince goles en treinta minutos a pesar de la oposición de las rivales, es un equipo potente.
Pero lo que hace aún más potente a un equipo, es que cada una de sus jugadoras tengan capacidad goleadora. Cuantas más jugadoras sean capaces de meter al menos tres goles por partido, más invencible es el equipo.
Así que la derrota contra Francia trata de eso mismo. Daniela So Delgado marcó diez goles. Carmen Campos marcó cinco goles. Otras marcaron uno o dos goles. Si las que no metieron goles hubiesen marcado al menos un tiro, se hubiese ganado el partido.
Y si hubieran marcado la mayoría que estuvieron jugando a lo largo del partido hubiésemos arrasado a las Bleu.
Mucho tiene la mentalidad esquiva de las jugadoras para hacer frente a las grandes selecciones.